lunes, 8 de octubre de 2012

DROGAS: ESTUPEFACIENTES Y DEMAS YERBAS



DROGAS: ESTUPEFACIENTES Y DEMÁS YERBAS
En el vientre (materno), nuestra gestación recibe su ADN. Al nacer (parido), comenzamos a recibir nuestra herencia cultural. La formación posterior  (escuela), nos da todo el bagaje restante de conocimientos  necesarios para la vida personal y civil.
Algunos, tenemos la suerte de un hogar (origen), que ha jugado un rol constructor de buenas costumbres y formación (decencia y dignidad). Otros “no” y tal vez, por la usencia total de lo expuesto presentemente. Donde un buen estado (gobernantes y gobernados), tendrían que cubrir esa falta a través de sus instrumentos.
Estoy plenamente de acuerdo con que cada uno hace de su vida lo que quiere, pero mientras no perjudique la de los demás. La medicina o ciencias afines, nos dice y fácilmente de la vida cotidiana personal podemos comprobar, que todos los excesos (tomar mucho vino es malo – no tomar nada de vino es malísimo) son perjudiciales para la mente, cuerpo y espíritu. Despenalizar consumos que alteren ese equilibrio emocional, es una total negligencia, máxime en el contexto de la actual vida nacional. Discutir en este momento el tema es una absoluta pérdida de tiempo, cortina de humo o gastar pólvora en chimangos. La energía tendría que estar con todos sus sentidos, puestos en corregir la conocida y denominada “deuda interna”. Formar ciudadanos que mañana puedan elegir gobierno municipal, provincial y nacional que vele por su estado de bienestar; es decir trabajo, salud, educación y justicia.
Cuento una anécdota. En tiempos de mi actividad docente, al comienzo de un año lectivo durante las famosas “reuniones institucionales”; se anuncia el aporte gubernativo y como una política de estado, la provisión de preservativos para ser distribuidos entre los alumnos y evitar de esta forma no solo infecciones en un acto sexual, sino, también embarazos indebidos. No faltaron “docentes” que reclamaron como cantidad insuficiente lo entregado, si, era poco lo entregado. Bien (para mi concepto, era una pérdida de tiempo, una cortina de humo y gastar pólvora en chimangos). No era y es, más y mejor, educar?; trabajar en el conocimiento de emociones de neuronas y hormonas, enseñando lo maravilloso de una relación afectiva con la responsabilidad que ello implica.
Es imperioso actuar en las raíces de los dolores que padece nuestra sociedad, por carencia de una verdadera y efectiva “política de estado” en trabajo, salud, educación y justicia. La opinión que expongo es para debatirla porque la entiendo perfectible y sirva para desterrar en quienes gobierna y pretenden gobernar; la actitud inepta, ociosa y corrupta con que hacen gala.
Santiago del estero, junio 7 de 2012. Juan Luis Coria

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