DROGAS:
ESTUPEFACIENTES Y DEMÁS YERBAS
En el vientre (materno), nuestra
gestación recibe su ADN. Al nacer (parido), comenzamos a recibir nuestra
herencia cultural. La formación posterior (escuela), nos da todo el bagaje restante de
conocimientos necesarios para la vida
personal y civil.
Algunos, tenemos la suerte de un
hogar (origen), que ha jugado un rol constructor de buenas costumbres y
formación (decencia y dignidad). Otros “no” y tal vez, por la usencia total de
lo expuesto presentemente. Donde un buen estado (gobernantes y gobernados),
tendrían que cubrir esa falta a través de sus instrumentos.
Estoy plenamente de acuerdo con que cada uno hace de su vida lo que
quiere, pero mientras no perjudique la de los demás. La medicina o ciencias
afines, nos dice y fácilmente de la vida cotidiana personal podemos comprobar,
que todos los excesos (tomar mucho vino es malo – no tomar nada de vino es
malísimo) son perjudiciales para la mente, cuerpo y espíritu. Despenalizar consumos
que alteren ese equilibrio emocional, es una total negligencia, máxime en el
contexto de la actual vida nacional. Discutir en este momento el tema es una
absoluta pérdida de tiempo, cortina de humo o gastar pólvora en chimangos. La
energía tendría que estar con todos sus sentidos, puestos en corregir la
conocida y denominada “deuda interna”. Formar ciudadanos que mañana puedan
elegir gobierno municipal, provincial y nacional que vele por su estado de
bienestar; es decir trabajo, salud, educación y justicia.
Cuento una anécdota. En tiempos de mi
actividad docente, al comienzo de un año lectivo durante las famosas “reuniones
institucionales”; se anuncia el aporte gubernativo y como una política de
estado, la provisión de preservativos para ser distribuidos entre los alumnos y
evitar de esta forma no solo infecciones en un acto sexual, sino, también
embarazos indebidos. No faltaron “docentes” que reclamaron como cantidad
insuficiente lo entregado, si, era poco lo entregado. Bien (para mi
concepto, era una pérdida de tiempo, una cortina de humo y gastar pólvora en
chimangos). No era y es, más y mejor, educar?; trabajar en el conocimiento de
emociones de neuronas y hormonas, enseñando lo maravilloso de una relación
afectiva con la responsabilidad que ello implica.
Es imperioso actuar en las raíces de
los dolores que padece nuestra sociedad, por carencia de una verdadera y
efectiva “política de estado” en trabajo, salud, educación y justicia. La
opinión que expongo es para debatirla porque la entiendo perfectible y sirva
para desterrar en quienes gobierna y pretenden gobernar; la actitud inepta,
ociosa y corrupta con que hacen gala.
Santiago del estero, junio 7 de 2012.
Juan Luis Coria
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